4 de octubre de 2017

REFLEXIÓN: ¿Estudiar o aprender?

¡Hola loquillos!

¡Estoy de vuelta! Es miércoles y se me está haciendo eterno. Por fín os escribo por aquí, aunque he de confesaros que llevo bastante tiempo con esto escrito pero ha sido un verano movidito.

 Cuando acabó el curso, hicimos cena familiar para repartir los regalos a mi primo pequeño, pues desde el día de su cumple no hemos encontrado un día en el que nos pudiesemos reunir todos. Como en todas las cenas familiares, una de las conversaciones estrella son las notas. Mis tías me preguntaron por ellas y visto lo bien que acabé el curso, empezaron a hablar de la diferencia entre estudiar algo que quieres y lo que no. Con ello, llegó el tema de aprender y, estando en la sociedad que estamos me hice la pregunta de ¿es lo mismo estudiar y aprender? Es obvio que no. 

Pues poco a poco (o más bien de golpe) me he dado cuenta de que lo que quiere esta sociedad (por no nombrar a otras entidades), es crear palurdos que lo único que sepan hacer es estudiarse las cosas de memoria, cual fotocopiadora. Pero lo único que llevan a cabo es tener bajo rendimiento, provocando un alto fracaso escolar.
Los jóvenes, no aprendemos estudiando de memoria. De echo yo, cuando tengo que aprenderme algo de memoria, se me termina olvidando (como la mayoría de las cosas a las que no les presto atención). Y la verdad, es que siempre me han dicho que soy muy lista y no creo que se equivocasen, pero soy mala (pésima) estudiante, ¿y qué? Eso no quita que tenga ganas de aprender.
Todos (y digo, TODOS), siempre hemos querido ser el mejor o uno de los mejores en clase, a los que algunos admiraban (y otros odiaban, pero eso es cosa a parte). Ese regustillo de saber que eres la mejor nota de la clase, no lo quita nadie.
¿Sabéis en qué clases he sido una de las mejores? En las que sólo necesitaba el día de antes para leerme los apuntes (el libro, no soy de apuntes) y aprobar.
¡Cómo lo oís! No sabéis la de veces que he llegado a clase con esa sensación de no saberme nada, un nudo en el estómago y tirarme todos los días hasta que daban la nota del exámen diciendo: "Voy a suspender" y cuando me daban la nota, tener un seis o más (y que los demás me mirasen con cara de querer matarme).
¿Sabéis por qué aprobaba? Porque la práxis estaba en mi cabeza, sólo tenía que desarrollarla; es decir, la idea estaba en mi cabeza y yo la desarrollaba con todo lo que había oído en clase. En parte, gracias a que los profesores en ningún momento me han pedido poner nada tal cuál venía en el libro o en los apuntes, todo con mis palabras. Y he de decir, que el lenguaje riguroso que me pedían hace unos años, lo he adquirido de oir hablar a otras personas, NO de leer libros de texto aburridos e incoherentes.
Llevo tiempo oyendo a una chica de una red social decir;



Estoy muy, pero que muy de acuerdo con ella. Quizá no saquemos buenas notas, quizá pensemos que no somos listos, sólo quizá nos estamos equivocando, pensando que tenemos memoria fotográfica que poseen muchas personas y aprendernos algo con apenas leerlo. Quizá nuestra mente no necesite estudiar, si no aprender. Aprender a utilizar todo lo que estudiamos y comprenderlo.



Así que, no sé si estaréis de acuerdo conmigo pero es lo que pienso y me interesaría saber que opináis vosotros, dejármelo en los comentarios. 

Os recuerdo que tenéis mis redes sociales y me podéis seguir en el blog. 

Os mando mucho amor, os quiero 💖


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